🧠Autoestima: la relación que tienes contigo mismo
La autoestima es una palabra que escuchamos con frecuencia, pero pocas veces nos detenemos a comprender su verdadero significado. A menudo la asociamos con “tener confianza” o “sentirse bien con uno mismo”, pero en realidad la autoestima es mucho más profunda: implica cómo nos percibimos, cómo nos valoramos y cómo nos tratamos en los distintos momentos de la vida.
Desde la psicología, se considera un componente esencial del bienestar emocional. Una autoestima sana actúa como una base sólida que nos permite afrontar los retos, establecer relaciones equilibradas y mantener una visión realista pero positiva de quiénes somos.
🪞1. ¿Qué es realmente la autoestima?
La autoestima puede entenderse como la evaluación afectiva que hacemos de nosotros mismos. No se trata solo de reconocer nuestras cualidades o limitaciones, sino de aceptarnos de manera incondicional, incluso cuando las cosas no salen como esperamos.
Carl Rogers, uno de los referentes en la psicología humanista, afirmaba que las personas necesitan sentirse valoradas y aceptadas tal como son para poder desarrollarse plenamente. Nathaniel Branden, por su parte, definió la autoestima como la suma de dos componentes: la autoeficacia (creer que somos capaces de afrontar los desafíos de la vida) y la autovalía (sentir que merecemos respeto y felicidad).
Una autoestima saludable no significa pensar que somos perfectos, sino mantener una relación realista, compasiva y respetuosa con nosotros mismos.
⚖️2. Mitos comunes sobre la autoestima
Existen varias ideas erróneas que pueden confundirnos:
- “Tener autoestima es creerse mejor que los demás.”
En realidad, la autoestima sana no necesita comparaciones; se basa en el respeto hacia uno mismo y hacia los demás. - “Solo las personas exitosas tienen buena autoestima.”
La autoestima no depende del éxito externo, sino de la percepción interna de valía. Hay personas con grandes logros que se sienten inseguras, y otras con vidas sencillas que se valoran profundamente. - “La autoestima se construye una vez y ya está.”
La autoestima es un proceso dinámico. Puede variar según nuestras experiencias, etapas vitales o relaciones. Por eso, requiere atención y cuidado continuos.
🌱3. Cómo se forma la autoestima
Nuestra autoestima se empieza a construir en la infancia, a partir de las experiencias con nuestras figuras de apego. El modo en que fuimos mirados, escuchados y valorados deja huellas profundas en la forma en que más tarde nos trataremos a nosotros mismos.
Las experiencias de éxito y fracaso, el tipo de mensajes que recibimos (“puedes hacerlo”, “no sirves para eso”…) y el ambiente emocional en el que crecimos contribuyen a moldear nuestro autoconcepto.
Ya en la vida adulta, la autoestima sigue desarrollándose a través del diálogo interno —esa voz con la que nos hablamos por dentro— y de nuestras relaciones. Si cultivamos un trato amable y realista con nosotros mismos, fortalecemos nuestro sentido de valía personal.

💡4. Cómo fortalecer una autoestima sana
Trabajar la autoestima no significa convencerse de que “todo está bien”, sino aprender a relacionarse con uno mismo de manera más consciente y compasiva.
Algunas claves psicológicas:
- Autoconocimiento: reconocer nuestras fortalezas, limitaciones y valores. Cuanto más nos conocemos, menos dependemos de la aprobación externa.
- Autocompasión: practicar la amabilidad hacia uno mismo cuando cometemos errores. La psicóloga Kristin Neff ha demostrado que la autocompasión favorece la resiliencia emocional.
- Evitar comparaciones: cada persona tiene su propio ritmo y contexto. Compararse constantemente solo alimenta la inseguridad.
- Coherencia interna: actuar de acuerdo con lo que pensamos y sentimos refuerza la autoestima, porque nos sentimos auténticos y congruentes.

❤️ En conclusión
La autoestima no es un destino al que se llega, sino un camino que se recorre cada día. No siempre nos sentiremos seguros o satisfechos, y eso está bien: la clave está en aprender a tratarnos con respeto, paciencia y empatía incluso en los momentos difíciles.
Cultivar una autoestima sana es, en definitiva, aprender a ser nuestro propio refugio, a escucharnos sin juicio y a valorarnos por quienes somos, no solo por lo que logramos.
Si percibes que tienes problemas de autoestima, y que necesitas ayuda psicológica, no dudes en contactar conmigo. Estoy contigo. Estoy aquí para escucharte.
