Es una buena pregunta. Tal vez tan buena como compleja. Y a pesar de que es difícil de responder, al menos me gustaría aportar ciertas creencias realistas acerca de qué es la terapia, o qué puedo esperar de ella, porque cuanto más avanzo profesionalmente, y cuánto más me relaciono con los demás, más voy descubriendo que no todo el mundo conoce exactamente todo lo que implica la terapia.
Para ello empezaré utilizando una experiencia profesional (aunque evidentemente sin contar explícitamente lo sucedido ni aportar ningún dato descriptivo sobre las personas implicadas):
El valiente inicio
Aún recuerdo el momento en el que “X” llegó a la consulta. Era la primera sesión. Cuando apareció por primera vez ante mi puerta ya estaba llorando, y la invité a sentarse en el sofá. Una de las primeras cosas que me dijo fue: “no quiero estar aquí, vengo porque me lo ha recomendado mi pareja”, y aclaró: “pero es que venir a terapia es muy difícil”.
A lo que yo le respondí: “Tienes razón, venir a terapia es muy difícil. Es duro hablar sobre aquello que nos hace daño. Se remueven ciertas cosas, y eso es doloroso”.
Ella, al sentirse validada y comprendida, sonrió mientras lloraba, y me dijo: “Es verdad. Como si abrir el cajón de mierda fuera fácil”.
Y no, no lo es. Y “X”, que se ha enfrentado a cosas muy duras, lo sabía bien.
Ese proceso de “abrir el cajón”, aplicado a las cosas que te han hecho daño (y que probablemente actualmente también te hacen) en tu vida, es bastante complicado, doloroso y está lleno de altibajos. No es en absoluto un proceso lineal y que “sólo va cuesta arriba”, aunque evidentemente también tiene sus momentos de calma, celebración y refuerzo, que son muy importantes.
Se necesita, entre otras cosas, trabajo, tiempo, paciencia, compromiso y confianza en el proceso.

De la misma forma que cuando plantamos una semilla no esperamos que la planta o el árbol crezca al día siguiente, no es realista pensar que la terapia va a solucionarlo todo en cuestión de días.
Por todo ello, ¿que puedo esperar entonces, desde unas creencias realistas, de la terapia?
Creencias realistas
- En terapia, lo más probable es que no consigas respuestas rotundas y decisivas en las primeras sesiones
- No se suele hacer un “click” inmediato con el/la terapeuta. De hecho, construirás una relación de confianza a través del paso del tiempo y el trabajo continuo (como en cualquier otra relación), en lugar de que pase de repente nada más conoceros
- No habrá soluciones rápidas ni transformaciones radicales de un día para otro
- No todas las sesiones estarán llenas de emociones profundas y descubrimientos intensos
- A veces te pasará que entres a sesión pensando que no tienes nada de qué hablar (algo totalmente válido, que no es un motivo para faltar, y que te permitirá ahondar en otros aspectos)
- Unos días hablarás de temas dolorosos y complejos, y otros harás un resumen de tus últimas semanas y logros
- En alguna ocasión saldrá un tema muy importante en los últimos minutos de sesión y sí, lo más normal es que oigas a tu terapeuta decir que: “lo profundizaréis mejor en la siguiente sesión”
- Aunque no te resulte agradable, la terapia también conlleva que tu terapeuta te confronte con amabilidad, y te motive a tener más iniciativa y responsabilidad sobre tus problemas (a pesar de que eso te asuste)
- Lo más habitual en terapia es que se produzca un proceso lento con saltos grandes de vez en cuando
- Aprenderás habilidades y maneras de ver la vida y a ti mismo/a que te acompañarán para siempre, lo cual no quiere decir que nunca más vayas a estar mal (porque huir del dolor de la vida es inevitable y de hecho ese tampoco es el objetivo)
- Estas habilidades y maneras de ver la vida y a ti mismo/a será algo que tengas que trabajar, practicar y automatizar tu (y solo tu). Ni tu terapeuta, ni tus personas cercanas e importantes lo pueden hacer por ti
- En el proceso, el/la terapeuta probablemente te mandará actividades complementarias a la terapia para realizar en casa, que son importantes para continuar avanzando en tu proceso
- Relacionado con lo anterior, en la terapia tendrás un papel activo de tu terapeuta, pero también se necesitará un papel activo por tu parte: tendrás que estar dispuesto/a a evaluar tus comportamientos de un modo objetivo y tener una actitud abierta a cambiar y/o modificar ciertas costumbres
- Sí, en terapia te darás cuenta de que tu terapeuta no tiene poderes para quitarte el malestar con un chasquido de dedos, pero sí tiene los conocimientos como para ayudarte a implantar hábitos sanos en tu día a día que te ayuden a recuperarte de una manera eficaz, y a afrontar de manera diferente los futuros reveses de la vida
- En ningún caso te sentirás juzgado/a por tu terapeuta, y si es así, puedes cambiar de profesional (aquí lo importante eres tu, y tu proceso)
- Te encontrarás teniendo que tomar tú las decisiones, porque el o la profesional no lo hará por ti, sólo te ayudará a tomarlas de un modo responsable
Pedir ayuda
La psicología, a pesar de ser una ciencia reciente, ha demostrado numerosos avances y éxitos. Sin embargo, todavía existen muchas creencias irracionales, desconocimiento o muchos mitos en torno a la terapia y a los psicólogos, de ahí el motivo de escribir esta entrada. Por no hablar de que, tal y como he mencionado anteriormente, ir a terapia conlleva un trabajo autónomo del que normalmente no somos conscientes.
Son muchas las personas que en algún momento de sus vidas necesitan acudir a un psicólogo/a, por lo que es importante normalizarlo cada vez más. Cuando nos encontramos mal, ir al psicólogo/a es una decisión acertada, responsable, y una muestra de amor propio.
Si sientes que estás en una situación similar, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.